Una vez leí acerca del fundador del Imperio Ruso que bajó a un puerto marítimo holandés, disfrazado como un extranjero que podría aprender a construir barco. Quería volver y enseñar a sus súbditos. Tan asombroso como suena, esta es una maravilla aún mayor: que el Príncipe de Gloria bajara a la tierra y aprendiera el negocio de los carpinteros. No sólo fue el hijo de un carpintero, Él mismo fue carpintero.
Eso nos da una lección y un ejemplo. Porque cuando Cristo estuvo aquí fue un hombre diligente. Hizo buen uso de su tiempo y capacidades. Frecuentemente he dicho que nunca he sabido de un haragán que se convierta. Si lo era, pronto renunció a su haraganería.
Le aseguro, la haraganería no tiene lugar en el reino de Cristo. No creo que un hombre tendría un pelo de lo haragán en su cabeza si se convirtiera al Señor Jesucristo. Si un hombre realmente ha nacido del Espíritu de Cristo, no es haragán; desea hacer algo.
Que estemos dispuestos a salir a trabajar. Si no podemos encontrar lo que queremos, hagamos lo que podamos hasta que algo mejor se atraviese en nuestro camino. Mucha gente siempre está esperando que aparezca algo, en lugar de salir y descubrir algo. Busque algo y probablemente lo encontrará.
Nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos.
1 Corintios 4:12
Tomado del Libro D. L. Moody
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola
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